A la escuela la hacen los niños y las maestras.

A la escuela la hacen día a día los niños y las maestras (llámese guía, tutor, etc.).

En este orden se marcan las prioridades.

Los demás, coordinadores, administrativos, asociaciones de padres, están para apoyar, cuidar y fortalecer esa estructura firme pero que está permanentemente en movimiento. Apoyarlos entonces también en el movimiento, en el actuar.

Lo “escrito” pasa a ser importante en la medida en que responda a esa realidad presente. Lo escrito es pasado y/o futuro, ideas propuestas anteriormente sobre lo que pudo o puede ocurrir, o no, pero no representa la realidad como tal. Por eso, lo escrito pasa a un segundo o tercer plano.

En este hacer, la coordinación pedagógica pretende, en primera instancia, responder permanentemente a las inquietudes de las maestras, intentando darle forma y constancia a las dinámicas. Forma y constancia necesarias a cada proceso evolutivo, en cuanto actitudes, energía y armonía. Desde el caracol inicial mismo, para que se establezcan las condiciones necesarias para un aprendizaje fluido y efectivo el resto del día, tanto en el espacio escolar como luego en la casa.

Plantear una educación centrada en la persona, basada en la libertad de expresión, interés y pensamiento, es un reto constante que implica permanente atención sobre los diferentes cambios que se van presentando día a día. Cambios necesarios como parte del mismo aprendizaje activo y circular entre niños y docentes, en contraste al planteado, en general, en la educación tradicional pública, que se caracteriza por la pasividad receptiva del niño.

La coordinación administrativa debe responder a su vez y por razones obvias a estas prioridades, por tratarse, precisamente, de un centro educativo. Muchas escuelas privadas son dirigidas por administradores que centran las prioridades en los aspectos económicos y condicionan a ellos a las prioridades pedagógicas, y seguramente cierran los números contables, pero dejan mucho que decir en lo curricular. La buena comunicación entre los aspectos pedagógicos y administrativos es la base del éxito de un centro de estas características.

Es decir, las prioridades deben responder a las siguientes preguntas:

¿Cuáles son los principales lineamientos pedagógicos?

¿Cuáles es la filosofía científica y espiritual que lo sustenta? Según mi opinión, en primera instancia, la libertad responde a las dos.

¿Cuál es la metodología a aplicar de acuerdo a todo lo anterior?

Sólo con esto tenemos horas y horas de observación, estudio, debate, análisis…

Hablemos de libertad y de todas sus implicancias y de algo que parece ilógico: sus límites.

Hablemos de diversidad y todas sus implicancias y algo que parece ilógico: su forma.

Hablemos de libertad dentro de la diversidad sin hablar de formas y límites.

Por definición, el caos se establece sobre la falta de límites en la forma y la libertad.

Ahora, en medio de esta diversidad y en esta libertad, ponernos de acuerdo. Ponernos de acuerdo quienes tenemos que ponernos de acuerdo, es decir los adultos, sobre cómo va a ser la educación de mi hijo y qué “contenidos” aprenderá. En este sentido, se necesita, cada vez más, la opinión y el apoyo de los niños.

Espero, por el bien de los niños, y de cada proyecto educativo, que nos pongamos de acuerdo y que estos acuerdos se respeten.

Gracias.